En la publicación del Tema del Día del domingo 5 de agosto se abordó un tema muy contingente y que debiera convocarnos a todos a buscar soluciones, los adultos mayores en situación de pobreza y vulnerabilidad.

¿Por qué hago la diferencia entre pobreza y vulnerabilidad?, porque la pobreza es contar con ingresos bajo la línea de pobreza, es decir menor a $ 160.696 para hogar unipersonal (línea de pobreza por persona equivalente) o menor a $ 107.131 en el caso de pobreza extrema, datos correspondientes al Informe Mensual del mes de julio 2018 del “Valor de la Canasta Básica de Alimentos y Línea de Pobreza”, que entrega el Ministerio de Desarrollo Social. Y si a la precariedad de ingresos le sumamos el abandono y enfermedades que les impide su desenvolvimiento social, sin duda los obligamos a enfrentar altos niveles de vulnerabilidad, que con el paso del tiempo y consecuente envejecimiento se acrecientan, ponen en riesgo su “vida, integridad personal y seguridad”.

Muchos de los adultos mayores reciben pensiones de vejez, que son insuficientes para financiar todas sus necesidades, y otros nunca cotizaron y hoy reciben la pensión básica solidaria, como también aquellos que en su vida laboral lograron contar con una vivienda de mayor valor, que no les es posible mantener hoy con los ingresos que perciben y que además los califica con puntajes de Focalización Previsional que no les permite acceder a beneficios sociales, como el aporte previsional solidario de vejez.

En definitiva, cuando los adultos mayores debieran estar descansando y disfrutando de todo lo construido en su vida activa, muchos de ellos deben enfrentar la pobreza y vulnerabilidad asociada a la tan temida vejez.

Sin embargo, todo ello es posible de ser corregido, y en la misma publicación se manifiesta el compromiso de diversas organizaciones para buscar caminos de solución. También contamos con la Ley 20.066, de Violencia Intrafamiliar, en que se establece la “Obligatoriedad de Protección”, que en su artículo tercero indica que “El Estado adoptará políticas orientadas a prevenir la violencia intrafamiliar, en especial contra la mujer, los adultos mayores y los niños, y a prestar asistencia a las víctimas”.

Ya contamos con resoluciones de los juzgados respecto a familiares de adultos mayores que han debido responder por su debido cuidado e integridad, causas presentadas por los vecinos, y que nos invitan a mirar más allá de nuestra puerta y actuar cuando vemos la vulneración de los adultos mayores.

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